viernes, 26 de abril de 2013

El barco y la tormenta

Como viene siendo habitual a estas alturas de la temporada, nuestro Real Zaragoza se encuentra metido en un buen lío. Desde el último ascenso el equipo no ha tenido un fin de temporada tranquilo y lo único por lo que se ha peleado ha sido la permanencia, es la triste realidad. Por si fuera poco todo esto, cada año que pasa la situación es más complicada que el año anterior, en los últimos tres años la tónica general ha sido empezar muy mal la liga, cambiar de entrenador, y pegar un gran empujón en el último tramo liguero. Pero la situación este año es muy distinta. Empecemos por el año pasado donde se empieza esta cruda situación en la que nos encontramos.

A principios de 2012, Manolo Jimenez recogió un barco metido en lo más profundo de una tormenta, eran últimos clasificados...Al timón de aquel barco no iba nadie, desgobierno total y moral por los suelos, pero ahí estaba Manolo, con su increíble optimismo y su trabajo como mejores cualidades para capitanear. El barco empezó a navegar bajo las órdenes de Jimenez que vio como el barco lejos de salir de la tormenta se metía aún más en ella hasta tal punto que parecía que se iba a hundir sin remedio. Jornada 25: Málaga 5 - Real Zaragoza 1. En ese momento el capitán Jimenez explotó y arengó a sus subordinados, eso no podía seguir así o todo se iría por la borda. Con más lucha, entrega y pundonor que técnica y calidad, el barco empezó a ver claros en el cielo, parece que dejaba de llover y tronar y se vislumbraba algo de cielo azul entre las nubes, aunque muy a lo lejos. Tras mucho navegar, tras finalizar la última jornada y por tanto el campeonato liguero, el barco amaneció bajo un cielo azul y un sol precioso, consiguiendo llegar al puerto correcto bajo los cánticos de familiares, amigos y simpatizantes de los colores azul y blanco que lleva el barco por bandera. Todo fueron elogios para Manolo, merecidos claro está, había obrado un milagro que ningún otro capitán había logrado jamás.


Pasó el verano y tras mucho negociar, el dueño del barco consiguió que Manolo Jimenez saliese a navegar con el barco desde el principio del viaje. Se trataron de cumplir sus exigencias en cuanto al barco se refiere, no todas se pudieron cumplir, pero daba la impresión de que había buenas velas y buena brújula que evitarían que el barco volviese a caer dentro de aquella tormenta, pero lo más importante de todo: había un gran capitán al mando.

El barco zarpó y durante la primera parte del viaje, encontró días soleados y días nublados. Ganaba fuera y perdía en casa. No parecía que el barco fuese a tener problemas para volver al puerto bajo un cielo azul al final del viaje, se confiaba en ello sin dudar. Aunque los había más realistas como mi padre o como Pablo que se planteaban que ocurriría si esos días de sol se convirtiesen en nublados más adelante...lamentablemente tendrían razón y los días nublados se empezaron a repetir, pero sin embargo, la tormenta no llegaba. Si alguien hubiera mirado por un catalejo se habría dado cuenta que la tormenta estaba ahí mismo y el barco avanzaba hacia ella en línea recta, si alguien se hubiera dado cuenta de esto quizá hubiese querido darle un golpe al timón y cambiar el rumbo, si alguien se hubiera dado cuenta de ello quizá hubiese salido algún día más el sol, si alguien...


Actualmente el barco se encuentra ya sumido en la tormenta,  es lo que ocurre cuando estás 4 meses sin ver el sol o lo que es lo mismo, 15 jornadas sin ganar un partido.

Mañana el Real Zaragoza se juega contra el Mallorca la mayoría de sus opciones de permanecer en Primera División. ¿Conseguirá el barco cambiar el rumbo y ver un pequeño claro en el horizonte? La respuesta mañana a las 23:45.

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